“La mujer de la Arena”
Para presentar la esencia de mi blog, en el que hablo de cine y literatura, he considerado que podría hablar de una novela que haya sido adaptada al cine y que ambas obras estén a la altura. Mi elegida ha sido “La mujer de la arena”. Espero que disfrutes esta reseña para saber por qué.
Título: “La mujer de la arena” (“Suna no
onna”)
Autor: Kobo Abe
Año: 1962
Sinopsis:
Jumpei, un profesor aficionado a la entomología, se acerca a la playa un
domingo por la mañana en busca de un peculiar insecto. Vagando por las dunas,
encuentra un pueblo de pescadores sucio y polvoriento que parece que va a
desaparecer bajo la cantidad de arena que alrededor se deposita.
Al
poco tiempo, como ya es tarde y los habitantes del pueblo le indican que el
camino de vuelta es muy peligroso para volver cuando empieza a caer la noche,
decide quedarse accediendo a la invitación de estos.
Engañado por el ardid de los lugareños, termina atrapado en una casa que
se encuentra en un agujero de arena, sólo con una sensual viuda y obligado a
cavar y sacar de la casa la arena que en ella se deposita sin cesar, para
sobrevivir y tratar de huir.
Una
trama que, lentamente, se arrastra como las dunas. Una historia capaz de
atraparte y que resulta fascinante como las arenas movedizas. Sentirás la sal
en los labios, la arena en los ojos y grietas en la garganta. Ese es el encanto
de la pluma de Kobo Abe.
“La mujer de la arena es una obra de un fluir imparable y
poderoso, el de la arena que avanza metro a metro para absorber las cosas y los
seres, envolviéndolos en un manto de olvido. Kôbô Abe plantea de forma intensa
y precisa el conflicto del hombre enfrentado a sus propios límites, el sentido
de una existencia encerrada en un universo dominado por la obsesiva presencia
de la arena, el ritmo de su constante movimiento, su tacto y su sabor. Un mundo
en el que no existe más realidad que la materia, que sólo se puede aprehender a
través de una exacerbada sensualidad.”
Algo muy grande tiene esta novela, cuando tras publicarla fue la que
lanzó a la fama internacional a su autor, Kobo Abe, y al poco tiempo se rodó la
película con el mismo nombre. Película que por cierto, estuvo nominada a los
Óscar y ganó el premio Especial del Jurado de Cannes en 1964.
Kobo Abe, que tras formarse como médico tras la Segunda Guerra Mundial,
jamás ejerció dicha profesión; teniendo claro que se trataba de una persona con
numerosas inquietudes artísticas y dotado de una gran inventiva e imaginación,
su destino estaba claro: el arte en general y la escritura en particular. Esta
novela es un claro ejemplo.